jueves, 8 de octubre de 2009
Presentador homicida
El presentador de un programa sobre homicidios gravados in situ, en toda su hapticidad y morbosidad pornográfica, es acusado -momentos antes de que desaparezca habiendose dado a la fuga- de haber asesinado él mismo a las victimas que minutos más tarde gravaba. El cámara está libre de culpa -según dicen- era únicamente el ojo que todo lo ve. Este brazo ejecutor de los intereses publicitarios y mórbidos promulgados por nuestra sociedad del espectáculo -se cuentan, por el momento, hasta cinco muertes de segura atribución- levantó sospechas al presentarse en el lugar de sus hechos con anterioridad a que la policía acordonara la zona. Estaba allí con el tupé engominado y la sonrisa de medio colmillo a punto de babear sobre la alcachofa del sonido, leyendo mecánicamente el comunicado del terror. Ahora la gente -vecinos, fans, etc- se desconcierta con expresiones tales como: "parecía", "buena persona", nunca ni un ruido", "tán formal", "buen porte", "educación". Todos pensabamos que sabíamos reconocer el rostro del terror. Nunca es demasiado pronto como para volver a burlarse de la vida.
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