miércoles, 28 de octubre de 2009


y temblando al borde de este colapso histórico, esperando entre bambalinas su entrada redentora se encuentra precisamente... nada: el puro significante de un paraíso que nunca llega, de un apocalipsis absolutamente destructivo, que es al mismo tiempo todo y nada, un espasmo vacío que consuma todas las muertes y ausencias que es el lenguaje mismo. Al final, cuando creemos que encontraremos la resolución del enigma, en la estancia del control total, de los deseos recónditos, solo está, como un cretino (leyendo acaso el Boletín Oficial del Estado), el Mago de Oz. Desolador y cierto.

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