domingo, 25 de octubre de 2009

me apetece, en este rapto bloggero, recordar los llamados "juegos de éter", la versión decimonónica de la inhalación de pegamento que tenía lugar en fiestas, en las cuales se inahalaba "gas hilarante" (óxido nitroso), que producía "sensaciones voluptuosas", "impresiones visibles deslumbrantes", "una sensación de extensión altamente placentera tangible en cada miembro", "visiones fascinantes", "un mundo de nuevas sensaciones", "un nuevo universo compuesto de impresiones, ideas, placeres y dolor". En realidad, lo que comenzó a ser evidente es que lo que debaja de sentirse era dolor. Otro sufrimiento, quirúrgico, comenzaría a imponer su ley. Nos estábamos entregando, de forma lúdica, a la lógica anestésica.

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