sábado, 31 de octubre de 2009

“Hemos buscado una forma de representación que volviera insólito lo que esa banal, asombroso aquello a lo que estamos acostumbrados. Lo que todas partes nos encontramos debía parecer singular, y muchas cosas aparentemente naturales debían reconocerse como productos del artificio”. (Bertold Brecht). Esta es una de las misiones, lo digo sin pretenciosidad, del Contubernio Canibal. Tal vez ese es el fin, sin final de ningún tipo, del taller.

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