rememorando (again) las andanzas madrileñas con romera: cuando en la pista de baile los ritmos latinoamericanos, crossovereados o no, removian a la broderjud a sacudir el piso bajo la bola de cristal, la oscuridad, los tragos en oferta y los punchipums, llamaba mi atención la falta de ritmo de los disco-parroquianos, aun a pesar del esfuerzo y tesón de chicos y chicas en sus sudorosas pero erráticas coreografias. contuve mi acervo cultural para bailar ritmos tropicales (las ganas como buen latino no faltaban para invadir la pista y mostrar uno que otro paso y juego de cruce de cadera y brazos de rigor) y opté por recomendar a nuestro filósofo amigo que tomara unas clases de baile, algo necesario no sólo para captar las nenas sino también para llevar con un mínimo de dignidad el sentido de los ritmos calientes.
sábado, 11 de agosto de 2012
rememorando (again) las andanzas madrileñas con romera: cuando en la pista de baile los ritmos latinoamericanos, crossovereados o no, removian a la broderjud a sacudir el piso bajo la bola de cristal, la oscuridad, los tragos en oferta y los punchipums, llamaba mi atención la falta de ritmo de los disco-parroquianos, aun a pesar del esfuerzo y tesón de chicos y chicas en sus sudorosas pero erráticas coreografias. contuve mi acervo cultural para bailar ritmos tropicales (las ganas como buen latino no faltaban para invadir la pista y mostrar uno que otro paso y juego de cruce de cadera y brazos de rigor) y opté por recomendar a nuestro filósofo amigo que tomara unas clases de baile, algo necesario no sólo para captar las nenas sino también para llevar con un mínimo de dignidad el sentido de los ritmos calientes.
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