este viernes ha sido uno de esos viernes más largos de lo habitual. el vértigo es para principiantes. aún quedan unas horas para que el día termine. durante el almuerzo confronté los asomos conceptuales de "flaiten maiden" tras la extenuante sesión de la cátedra. el reseteo de la tarde fue garajero, desglosando una historia de amor desenvuelta bajo un contexto de revolución. una con estela y una importante dotación de luces propias. la apuesta del atardecer ha sido devorar unos exquisitos panqueques dulces y salados preparados por mi ayudante, revisando de paso unas ilustraciones por encargo sobre nicanor parra y su mitica familia. tal como la última vez, no me sorprende que las pussy riot hayan sido condenadas a dos años por hacer gamberradas en la catedral del cristo redentor. pulso radiohead from the basement. estoy cansado. suena el teléfono y escucho cómo uno de mis mejores amigos rememoraba nuestro reencuentro esta tarde después del caos que lideró en el piso diecisiete. me pide prestados los libros de castro flórez. le advierto que están algo a mal traer con todas las rayaduras y apuntes varios, todos de guerra, acuñados mientras cruzaba la península ibérica. me preguntan por las imágenes de domingo posteadas un poco más abajo de este post. no es medianoche pero antes de bajar el telón, rasgueo mi mosrite a muy mal traer.
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