Richard Fuisz, jefe de Lindauer, tenía conocimiento del 11-S meses antes de que ocurriera y recibió 13 millones por su silencio
Susan era la jefa de los espías de la
CIA en Irak y Libia en el año 2001 y es la persona de más alto rango
(quitando a Richard Clarke) que habla desde dentro de lo que ocurrió en
los meses previos a ese atentado.
Debido a lo que ha contado, a Susan le aplicaron la PATRIOT ACT, estuvo
incomunicada 5 años y perdió a su pareja durante esos años de tensión.
Pese a todo, se ha atrevido a hablar.
A ella la eligió Clinton por su capacidad negociadora y su creencia en
la resolución pacífica de conflictos. Asegura que Irak estaba en todo
momento abierta a las inspecciones de la ONU y que no generaban un
peligro. En abril del 2001, su inmediato jefe, Richard Fuisz, le dice
que “debe decirles a los iraquíes que se abstengan de cometer el
atentado contra las Torres Gemelas que están planeando”. La reacción de
los iraquíes fue de sorpresa, pero en los meses siguientes su jefe
continuó presionándola, avisándole en agosto con que no fuera a Nueva
York porque el ataque era inminente, llegando incluso a anticipar que
sería con varios aviones secuestrados. Desde abril hasta septiembre,
cada semana hablaban del atentado que se iba a producir y todo el mundo
en la Casa Blanca lo conocía. Los iraquíes colaboraban para controlar Al
Qaeda y estaban dispuestos a firmar los contratos que quisiera Estados
Unidos para evitar la invasión.
Tras denunciar la Conspiración, fue detenida en virtud de la PATRIOT ACT,
mientras que a su jefe le dieron 13 millones de dólares. La persona que
llevó su juicio fue Mukasey, quien había sido el abogado que redactó la
cláusula contra ataques terroristas para el dueño de las Torres, Larry
Silverstein, y que más tarde se convertiría en Ministro de Justicia.
Tanto Mukasey como Silverstein acudían a la misma sinagoga.
En 1 hora 4 minutos, Lindauer cuenta cómo su pareja se puso en contacto
con la “periodista independiente” Amy Goodman para explicarle su caso y
ésta se quitó de en medio para no sacar el tema.
Amy Goodman, la “Chomsky” del periodismo de izquierdas, también es judía. Lindauer apunta al Mossad israelí como verdadero ejecutor del atentado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario