Veo a Laporta avanzando por un descampao en medio de la nada, a la vera de las autopistas, enarbolando unas antorchas, y su marcha triunfal, a medio camino entre la gasolinera y el club de alterne, me produce un sentimiento ambivalente de nostalgia por el pasado y de enorgullecimiento racial.
lunes, 29 de noviembre de 2010
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