Voy a hablarles de lo más despreciable: el último hombre
¿Qué es amor? ¿Qué es creación? ¿Qué es anhelo? ¿Qué es la estrella? - así pregunta el último hombre, y parpadea.
La tierra se ha vuelto pequeña entonces, y sobre ella da saltos el último hombre, que todo lo empequeñece. Su estirpe es indestructible, como el pulgón; el último hombre es el que más tiempo vive.
“Nosotros hemos inventado la felicidad” - dicen los últimos hombres, y parpadean.
Han abandonado las comarcas donde era duro vivir. La gente necesita calor. La gente se restriega contra el vecino, pues necesita calor. Enferman y desconfían, aunque lo consideran pecaminoso ¡Un tonto es quien sigue tropezando con piedras o con hombres!
Un poco de veneno de vez en cuando, eso produce sueños agradables. Y mucho veneno al final, para tener un morir agradable.
La gente continúa trabajando, pues el trabajo es un entretenimiento. Más procura que el entretenimiento no canse. La gente ya no se hace ni pobre ni rica, ambas cosas son demasiado molestas. ¿Quién quiere aún gobernar? ¿Quién quiere aún obedecer? Ambas cosas son demasiado molestas.
¡Ningún pastor y un solo rebaño! Todos quieren lo mismo, todos son iguales. Quien tiene sentimientos distintos marcha voluntariamente al manicomio.
-En otro tiempo todo el mundo desvariaba - dicen los más sutiles, y parpadean.
Hoy la gente es inteligente y sabe todo lo que ha ocurrido. La gente continúa discutiendo,- pero pronto se reconcilia - de lo contrario, ello estropea el estómago.
La gente tiene su pequeño placer para el día y su pequeño placer para la noche: y honra la salud.
“Nosotros hemos inventado la felicidad” - dicen los últimos hombres, y parpadean.
Si no te gusta el caldo, dos tazas (De gallina).
Anónimo.
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