domingo, 27 de septiembre de 2009

Si tuviera arrestos cogería un coche y conduciría hasta Valencia. No sé si habrá sitio para el rock por estos lares. Tanto da. Ayer «The Cult» tocaban en «La Riviera» madrileña. Sencillamente tiraron abajo el local.

Llevan en el negocio desde los ochenta. Ian Astbury (cantante) y Billy Duffy (guitarra) son los únicos miembros originales. Pero, qué diablos, todo esto lo pueden buscar en internet. En esta gira interpretan su disco «Love» casi al completo. Es la banda sonora perfecta para un mundo que se derrumba.

Unas noches atrás oí ―a voz en grito― una verdad en la calle Argumosa: «Mira ―dijo el viejo profesor― se pueden dar muchas vueltas a las cosas, pero lo importante es saber que el mundo se divide entre los que tienen talento y los que no. Y ya está. Da igual donde te sitúes tú: lo principal es que conozcas esa línea.»

Estos tipos lo tienen.

Todos estamos de acuerdo ―al menos, a ratos― en que esta sociedad de masas que habitamos es detestable; llámenme frívolo, pero si esa sociedad de marras me proporciona noches como la de ayer, bendita sea.

1 comentario:

  1. bendito seas tú que todavía tienes ánimo para acudir a un concierto. Los que fuimos afectados por la alopecia galopante hace más de diez años no estamos legitimados ni para tararear las cantinelas pseudorockeras de Miguel Ríos. Lo dicho, disfruta de tu heterodoxia y bienvenido al blog "convergente"

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