estas dos niñas esperan ver, todavía, cosas extraordinarias. La tormenta roja tal vez la hayan generado ellas mismas. Su entusiasmo contagioso nos recuerda que nosotros mismos alguna vez pasamos por esa experiencia. Una imagen de felicidad que me toca: punctum arenoso.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
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