según Hegel toda gestualidad ceremonial tiene un fondo estatal y aquella ética que nos lleva a desnudarnos parcialmente no es otra cosa que una regresión con respecto a la elegancia que permite establecer lo que llama "diálogo articulado". En una breve consideración sobre las tribus africanas y los desarrollos de la antropología cultural o "científica" deja caer una frase inquietante: "agitaciones, contorsiones o bailes que no aportar a la racionalidad otra cosa que un traspiés". Como puede apreciarse en la imagen de "El veneno del baile" de Paco Cao, las meditaciones Hegelianas quedan confirmadas de la forma más contundente posible.