sábado, 20 de marzo de 2010


Levantada a golpe de estribillo detrás de otro, los cortes que componen la parrilla del Tributo a Cagón & Crista barajan varias maneras de patear traseros. En todo caso, el de cuanto branquinho y mauricinho se cruce por el camino. Lo que lejos de ser una casualidad resulta toda una declaración de intenciones. Como tampoco es aleatorio que incluya imaginativas líricas del Conturbenio Caníbal para evocar imágenes bizarras. Domingo me advierte la falta de buenos modales de Cagón. Amigo mío, espera respirar el irrefrenable tercermundismo de las Antillas Andinas.

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