miércoles, 31 de marzo de 2010
CON LAS TRIPAS PREÑAS
Desde cuándo hay miedo a tirarse un pedo?, piènsalo, muchas veces por verguenza, por el olor, por descubrir donde estás, tambien, por estar encerrado en un ascensor, tu solo con una persona que no has visto nunca y tan sólo tienes un instante, del primero al cuarto, joder, tanto aire... puedo explotar. ¿Qué es peor, tirarse un pedo que suene o reventar? Mundo absurdo que no permite aliviarte.
Amigos, olamos culos limpios, o feroces... qué mas da, si navegamos entre escollos que cortan la planta de los pies y no puedes más que darte con agua oxigenada.
Haciendo stock
Oleremos culos Domingo, culos por doquier, bendita pieza la tuya. Sin duda hoy nos has alegrado el dia. Que no se acabe la obra. Tu diras cuantos quieres, yo en principio voy haciendo stock.
TRIPTICO IMPOSIBLE
RECORDARA FERNANDO LA PIEZA "TRIPTICO IMPOSIBLE" CON LOS ESPAGUETIS EN EL RESTAURANTE EN ROMA CON TINTO BRASS, UTILIZANDO LA LENGUA DE UNA JOVEN COMO SERVILLETA, LA GRABACION QUE ME HIZO JESS FRANCO DEPILANDO A DOS HERMANOS EL COÑO Y LA CARRERA CON HARMONY CORINE, HACIENDO LA CARRETILLA.
la foto es el fotograma después de la comida con Tinto Brass fumandonos 12 Romeo y Julieta
Dioses arquetípicos, el culo blasfemo
Una pieza que me gustaria desarrollar y necesito el operativo de Cariceo, Avelino y los argonautas que se presten para enviarme fotos oliendo culos de mujeres, ya empezé hace tiempo con el asunto y voy rematar con la edicción de un libro de lujo, con todo ese material, un solo libro codice codiciado, uno de tantos olores que marcan la territorialidad. Es un manuscrito iluminado, constituye una especie de guía para los que seguien el viaje de los heroes, con consejos, descripciones de la ruta de la raja y de las obras de arte que allí conviven así como de las costumbres locales de las gentes que viven a lo largo de este camino inteso. También contiene sermones, milagros y textos litúrgicos relacionados con el filósofo Ferdinando Castrini.
Pongo esta foto para que se entienda, meter nariz entre las nalgas, los lugares, cualquier lugar vale dia o noche, público o privado. Busco el vellocino de oro del olor primigenio
martes, 30 de marzo de 2010
I-IV-V-I (3)
CUANDO LE MIRO A LA CARA LO PRIMERO MIRO SUS OJOS, SI ME MIRA BIEN LO TOREO
MOUSE CON CARA DE RATA
GRITO COMO SI ESTUVIERA EN LLAMAS........ Con la voz baja pero gritando, el carbón se convierte en mi diamante, mi lamento se lo digo en voz baja a las grietas del carbón, la vida es una mierda, hasta las 7 de la tarde puedo hacer ruido, enfrente de mi hay una vieja que solo hace que dar voces en alto, me taladra los oidos con sus putas legalidades, vive a un palmo de mi y murmura sobre mi batería, como la toco, la vida es una mierda, pero la adoro. La grieta que rompe en el carbón si te acercas mucho brilla como el borde metálico de mi batería.
La extrema derecha gana terreno en Italia...
Los resultados definitivos de las elecciones regionales italianas confirman el tsunami histórico de la Liga del Norte. El partido más antiguo del país, aliado xenófobo del Gobierno de Silvio Berlusconi, casi triplica sus votos respecto a hace cinco años, y obtiene un 12,7% a escala nacional. Gracias al mensaje visceral y organizado a la vez de Umberto Bossi, y al desastre del centro izquierda en Lacio, Calabria y Campania, Berlusconi no paga el peaje de mitad de mandato y arrebata cuatro grandes regiones al centro izquierda, aunque el Pueblo de la Libertad del primer ministro logra el 26,7% de los votos frente al 26% del Partido Demócrata.
Ese empate virtual castiga sin embargo más al PD, que venía de una situación soñada y se despierta en la cruda realidad: antes del fin de semana gobernaba once regiones y 34 millones de personas; hoy gobierna siete regiones con 16,8 millones de personas, mientras la derecha pasa de administrar dos regiones a conducir seis: de 14,7 millones de personas a 32,6 millones.
No tengo nada más que decir al respecto.
Berlusconi esta jodido, la izquierda y la Liga Norte (da miedo) crecen...
Las elecciones regionales en Italia enviaron ayer un mensaje de desencanto a casi toda la clase política. La abstención aumentó casi ocho puntos, y el único partido que avanzó en votos y consenso fue la Liga Norte, expandiéndose con pujanza insólita en feudos propios y ajenos, como Piamonte. El centro-izquierda alcanzó su primera victoria electoral desde 2006, pero el éxito resultó pírrico: mantiene siete de las 11 regiones que gobernaba desde 2005, pero la derecha le arrebata cuatro y obtiene seis.
Las urnas ofrecen una lectura compleja: un electorado cansado repudia en parte la puesta en escena plebiscitaria del primer ministro, Silvio Berlusconi, pero a la vez premia al centro-derecha ya que no permite volar a un centro-izquierda aturdido y sin garra.
Los datos de participación revelaron un incremento de la abstención más leve de lo esperado y desde luego de lo visto en Francia. Uno de cada tres italianos, entre los 41 millones censados, mostró su desafección quedándose en casa: la tasa de votantes alcanzó el 63,6%, frente al 71,4% registrado hace cinco años.
42 kilómetros Un español correrá por el Polo Norte vestido de espermatozoide
El grupo partirá el 7 de abril y deberá soportar temperaturas de 30 grados bajo cero, enormes dificultades para respirar, peligro de congelación y desorientación espacial en condiciones extremas y gélidas.
La maratón, que se celebra cada año, tiene 24 corredores de 10 países, entre los que se encuentra Pallarés como único representante español.
El corredor, por cierto, irá ataviado con un vestido de espermatozoide confeccionado expresamente para aguantar gélidas temperaturas, pero lo suficientemente ligero como para permitir su transporte al polo.
LAS SEÑAS DE DOS CONCEPTOS SON SUTILES PERO CLARAMENTE DIFERENTES
lunes, 29 de marzo de 2010
Fernando Castro Flórez.
Barceló no es, la verdad sea dicha, tan mal pintor como parece. Sus esculturas, si tal nombre merecen sin ruborizar a los entendidos en la cosa, son un desastre total. Y las acuarelas, de las que algunos cantan maravillas, son flojísimas. Lo tremendo es cuando todo es presentado en la forma de revoltijo, acumulando piezas unas encima de otras intentando, seguramente, demostrar que el artista es un genio sin paliativos pero, finalmente, consiguiendo que la sensación sea de confusión y desbarre sin contemplaciones. En el primer párrafo del catálogo que han publicado para la ocasión, Catherine Lampert señala que el comisariado es “intencionadamente mesurado”. No puedo entender que es lo que quiere decir, especialmente después de haber recorrido una muestra que es el ejemplo perfecto del horror vacui. Basta con seguir leyendo unas líneas para encontrar otra perla: “Es más, desde un punto de vista anglosajón, la prosa y la adulación parecen separar a Barceló de sus coetáneos”. Seguramente algún hermeneuta avezado desentrañará esta frasecita aunque más difícil será sortear la cantidad de textos de carácter nítidamente hagiográfico que han convertido a este artista en un “spanish hero”. Poetas con ramalazos estetizantes, novelistas nostálgicos de la poesía juvenil, críticos atolondrados y otras especies endémicas en el ecosistema de las artes, han cantado los prodigios del de Felanitx que, como dijo un visionario, “pinta como bucea”. Esperemos que tenga bombonas de reserva porque capacidad para flotar como un corcho ha demostrado que tiene de sobra.
Si uno tiene el tiempo y la paciencia suficiente para adentrarse en la genealogía de este “mito” seguramente se topará con aquellas declaraciones de Rudi Fuchs que son la piedra fundacional de todo el tinglado: “A sólo seis años de la muerte de Franco muchos de nosotros no conocíamos demasiado lo que estaban haciendo los artistas jóvenes en España. Por eso fui a descubrirlo, como un explorador. Empecé a preguntar a mis amigos y colegas. Me dijeron: “El mejor el Barceló”. Sin conocerlo personalmente, me decidí a ver algunas de sus pinturas. Eran muy convincentes, en su libertad formal, viveza y velocidad”. El comisario de la Documenta VII de Kassel confiesa que contemplaba a Barceló teniendo en mente a David Salle o Francesco Clemente, a René Daniëls o Sigfried Anzinger. Menos mal que ahorró el nombre de Kiefer con el que, en ocasiones desafortunadas, se empareja al pintor de las paellas y las bibliotecas. Le falta toda la intensidad, densidad y dimensión épica que en el alemán llega a cotas descomunales. Con todo, una “historia de éxito”, absolutamente descontextualizada, sirvieron para componer un personaje que ha estado en la cresta mediática durante tres décadas. Es realmente sorprendente esa situación especialmente cuando Barceló no se caracteriza precisamente por ser alguien intelectualmente brillante, divertido o con perfil provocador, esto es, carece de todo aquello que permite mantener, con tanta solidez, lo que considero una impostura.
A pesar de que su obra está en el límite de la mediocridad y no ha aportado nada destacable a la historia del arte reciente, Barceló ha conseguido el reconocimiento masivo y, lo más importante, ha terminado por ser una salsa socorrida para todos los guisos de la política cultural. Pertenece, por decisión propia, al club de la ceja (que no es aunque parezca un ámbito de obsesos del mus) y, a pesar de su silencio sonriente, es astuto a la hora de tomar posiciones. Conocidas son sus “intervenciones” en la Catedral de Palma de Mallorca y esa cúpula o bóveda de la diplomacia que terminó como el rosario de la aurora. Barceló comparte con Tàpies el honor de ser el artista vivo que más retrospectivas, premios y homenajes ha recibido. Lo curioso es que consigue que otros tengan la impresión de que está marginado o que no se le hace todo el caso que mereciera. Así se montó el triste espectáculo del Pabellón de España en la última Bienal de Venecia donde hasta él mismo debió darse cuenta de que pasaba con más pena que gloria.
Ahora Fundación “la Caixa”, cuya programación en Madrid está siendo calamitosa, monta, como en el eterno retorno de lo mismo, una exposición cuyo principal objetivo es conseguir colas de dimensiones prodigiosas. Da igual, insisto, qu el montaje sea una chapuza y que el recorrido sea tortuoso, lo importante es colaborar al apuntalamiento del mito no vaya a ser que el rumor de que el rey está desnudo comience a ser tomado en serio. Porque nadie ignora que el “prestigio internacional” de Barceló o su “reconocimiento museístico” es, lisa y llanamente, quimérico. ¿Qué gran museo está preparando una muestra de este artista? No da la impresión de que la Tate, el MoMA o el MOCA de Los Ángeles estén llamando a la puerta de sus pabellones de caza isleños. Tampoco vemos muestras de revisión de lo que ha sucedido en la pintura contemporánea en las que sus cuadros estén incluidos. No pinta nada fuera de nuestras fronteras aunque aquí resulte imposible inaugurar algo sin que él se reboce en barro o haga algún gesto pseudo-picassiano. Tal vez Barceló sea el más cómodo de los productos artístico de “consumo interno” dado que su obra ni es crítica ni incómoda y es mejor gastar el dinero en un monumento al gotelex o en una reconsideración del milagro de los panes y los peces que apoyar a tipos que te pueden morder la mano con la que les has dado la limosna cultural.
Por una vez en su vida, Barceló tiene razones para quejarse: han masacrado sus obras en una exposición que pretendía entronizarle. Sus retratos son monstruosos, el color y la materia es mortecino y el dibujo es facilón, pero si no existe descanso visual porque todo es digno de admiración superlativa, la experiencia visual se torna angustiosa. Basta contemplar las esculturas sobre unos bloques de la construcción para comprender que la estrategia de arruinar a Barceló parece anidar, de forma perversa, incluso en la mente de sus adláteres. Incluso en el remanso de los desiertos blancos han colocado un par de cuadros que chirrían e impiden que aparezca algún atisbo de esperanza. Aunque considero que el tono general de la obra de Barceló es la “sordidez” también tengo que reconocer que tiene el coraje de no enmendar su ambición. Es normal que el elefante haga el pino con la trompa, en una broma exhibicionista estéticamente deplorable. Es, con toda seguridad, el mejor auto-retrato que ha compuesto. Aquello de estar empalmado en la biblioteca era bastante cutre, esto asumir el barrigazo futuro tiene una dignidad inconsciente. Puede que tuviera el presentimiento de que su homenaje tendría matices humillantes.
Fernando Castro Flórez.
Es indignante. Peor: es lo último. Ahora ya puedo morirme tranquilo. Alfombra roja, confetis, champán: el acontecimiento del siglo. A la basura con las consignas de los soviets. Todo el poder para Barceló. Si hay que petar el museo, cualquier cosa cara es válida. Abran puertas del Prado de par en par que tiene que entrar, gordo como un tonel, el gran impostor de la pintura contemporánea española. Ni Miró, ni Picasso, ni Dalí. Tàpies está, valga la terminología militar, desaparecido en combate. Que tiemblen Velázquez, Goya y El Bosco. El pintorcete de las paellitas, las librerías del analfabeto, el gotelex marino y la blandenguería dibujística nos va a enseñar a vivir. No puede soportarse tanta “papanatería”. La cosa ha sido clarísima: había que fabricar, a estas alturas, un pintor mítico, heroico, romanticoide. No faltaron críticos casposos y poetas de tres al cuarto para cantar las excelencias de tamaño (aunque sea más bien canijo) impresentable.
En cualquier caso la culpa no es solo suya (sus esfuerzos no han sido necesariamente los de convertirse en un pintor “inflado”), aunque sea, no cabe duda, el que perpetra impunemente unos cuadros bodriosos. Los nefastos son los que se cuadran a su paso, los que lloran de emoción, los que impostan la voz, vale decir, lo que están con Barceló que no cagan. El último acto será, como es lógico, demencial. Lo dicho: que abran el portón de la eternidad a Barceló y, por favor, que no vuelva a salir de ahí.
En picado barrena podrá ya exponer cerca de Patinir el último apadrinado de la corte-curatorial-apolillada. Si los historiadores protestan, peor para ellos. Toda sea por las colas (dicho sin morbo erótico). Lo importante es, insisto, que los suplementos del fin de semana den el aviso con platillos y trombones y ya comenzarán todos a saltar alborozados. Barceló, engreído, místico, dantesco y osado explorador del Mali legendario, nos orientará en medio del desierto y de la penuria del presente.
Hemos entrado en tal confusión que ya no tienen importancias las lamentaciones epocales. Todo está, en plena estética banal, legitimado. La puerta que se abre, sin venir a cuento, para Barceló es la del sinsentido. Por fin será posible ver, en el Reina Sofía, a Rubens o unas hachas de silex o un traje de lagarterana. Barceló está, literalmente, hasta en la sopa y ahora parece que algunos han decidido que hay que canonizarle como un “clásico”. La estrategia mezcla, como es habitual por estos pagos, torpeza, irreflexividad y prepotencia.
en tierra hostil
...por otra parte a ver que pasa en las elecciones regionales de ayer y hoy, poco optimismo parece que hay...extanho pais este...
Yo confieso
Avatares
Hay espectadores que han visto ‘Avatar’ más de cinco veces y están encantados con los faraónicos proyectos de Cameron. De hecho, una de los foros oficiales de la película está dedicado a (cito textualmente) «superar la depresión por el hecho de que el sueño de Pandora es intangible», La entrada tiene miles de comentarios de personas deprimidas y angustiadas, Los psicólogos, entre otras terapias, les recomiendan aprender Na’vy, ese idioma de Pandora con reminiscencias maoríes creado por el lingüista Paul Frommer.
Me temo que Cameron es capaz de aliarse con Damian Hirst para explotar la cultura
del espectáculo hasta límites insospechados. En el libro ‘El tiburón de 12 millones de dólares’ de Don Thompson se analizan, entre otras cosas, las estrategias de marketing y los precios del famoso ‘artista’ británico, gran experto en formol. Se detallan complejas operaciones como la que, hace año y medio, llevó a Hirst a embolsarse 140 millones de euros subastando sus obras mientras Lehman Brothers y la economía mundial se desplomaban.
Decir que el sistema del arte ha caído en las garras del mercado es un tópico. Pero es tristemente cierto. Si a Cameron se le ocurre rodar, por ejemplo, una película sobre la biografía y los milagros de Hirst, la cultura vivirá otros avatares que hoy nos provocan urticaria. Tiempo al tiempo.
«El valor tiende a seguir al precio» (Don Johnson)
domingo, 28 de marzo de 2010
un año y todo por delante, nos gusta sentarnos y mirar al mero
cumpleaños en Powercourt Waterfall Bach
Tengo el tanque de gasolina a rebosar y llevamos un giradiscos portatil para ponernos banda sonora.. Powerscourt Waterfall (Irish: Eas Chúirt an Phaoraigh) is a waterfall near Enniskerry, County Wicklow, in Ireland, located in a valley surrounded by Djouce Mountain and the Great Sugar Loaf. At a height of 121 metres (397 ft), it is the highest waterfall on the island. The waterfall and surrounding valley are owned by the Powerscourt Estate.
Johann Sebastian Bach (German pronunciation: [joˈhan] or [ˈjoːhan zeˈbastjan ˈbax]) (31 March 1685 [O.S. 21 March] – 28 July 1750) (often referred to simply as Bach) was a German composer, organist, violist, and violinist whose ecclesiastical and secular works for choir, orchestra, and solo instruments drew together the strands of the Baroque period and brought it to its ultimate maturity.[1] Although he did not introduce new forms, he enriched the prevailing German style with a robust contrapuntal technique, an unrivalled control of harmonic and motivic organisation, and the adaptation of rhythms, forms and textures from abroad, particularly from Italy and France.
OSTRAS Y HUMO EN EL MUSEO MAUSOLEO DE MORILLE
Stage diving
He estado revisando, últimamente, algunos momentazos del stage diving, o en castellano: saltar a la masa desde el escenario. El primero en hacerlo sistemáticamente fue Iggy Pop y desde entonces fue una práctica relativamente extendida en el mundo del rock and roll. El stage diving es un gesto dialéctico puro, a través del cual el roquero reconoce su diferencia para con la masa indiferenciada del público –camina o es sustentado por ellos como Jesucristo sobre las aguas- al mismo tiempo que reconoce que tal diferencia es una distinción entre los demás. A diferencia de otras celebrities, la imagen ofrecida por el roquero no es el de un triunfador en el ascenso social; por muy elevado que sea su poder adquisitivo, su vestimenta intenta imitar el “sencillo desarreglo y la desequilibrada grandeza” de su público (por invertir los términos de la belleza griega según Winckelmann); a diferencia del popstar, cuyos modelitos siempre aparecerán como inalcanzables. Mediante el stage diving podríamos decir que el roquero regresa a su suelo nutricio, en un doble gesto de confianza (probar el frío suelo nunca está bien) y sacrificio (el cantante, ese sujeto desde el cual se proyecta la música, deviene objeto transportado, guardado con tesón y en buena medida despedazado).
No es una sorpresa que los cantantes de pop no practiquen esta costumbre con tanta asiduidad: en este género la dialéctica entre el público y el escenario es menos rica por causa de la radicalización del espécimen fan. Desde que John Lennon fuera asesinado por un seguidor enloquecido, hay un cierto miedo a ese otro masificado que te ama, hasta el límite del despedazamiento. Forma parte del imaginario colectivo la espontanea con las tijeras dispuesta a llevarse un trozo de su ídolo (el que sea), con ciertas resonancias báquicas. Lo que Eurípides denominaba en sus Bacantes sparagmos (caza de un animal vivo para su posterior sacrificio e ingestión) se ha convertido en el pop actual en el temido y siempre esperado asalto espontaneo de la masa sobre el escenario. En el concierto, frente al despedazamiento por el que la masa enfurecida de los espectadores clama, el popstar se refugia en una esfera autónoma de vanidad que, a pesar de necesitar de la presencia de otro (masificado, repetitivo y pulsional –a su órdenes en definitiva-) que le devuelva su imagen de distinción y superioridad, evita todo contacto. Se tiende, por compesación, a exacerbar los fuegos de artificio, tachuelas y purpurina. La excepción que confirma la regla es Robbie Williams, quien hasta hace poco nos tenía acostumbrados a escenas de romanticismo y sexualidad con espectadoras intercaladas in medias res de baladas no menos pasteleras. Aquí el sentimiento de inferioridad y la depresión se resarce sexualmente individuando a ese otro masivo que corea el nombre del cantante. Claro que Robbie nunca quedó satisfecho y las escenas comenzaron a repetirse, esta vez con periodistas, otras cantantes, etc. El cantante inglés, manifiestamente adicto a la cocaina y al sexo, ha estado rehabilitándose durante los dos últimos años –a pesar de que las malas lenguas afirman que había dejado la música para dedicarse exclusivamente a la búsqueda de OVNIs. Ahora, tras su returns manifiesta tener pánico escénico y se niega a satisfacer las exigencias de su discográfica, la cual quiere por todos los medios organizar una gira aprovechando el tirón (en tiempo de crisis) que causa este ninfómano redimido (atractivo –añadiría yo- en tanto simboliza el regreso de lo prohibido que ha sido reprimido y clama por manifestarse de nuevo). Os dejo un video donde se mezclan (metafóricamente) todas las facetas de su personalidad: la preocupación por el qué dirán (“You know this one; you like it?”), el deseo infructuoso de ascenso y superioridad (con esa silla tan cutre no se llega a ninguna parte) y, por último, el beso de final (con levantamiento del miembro viril incluido); todo ello bajo el rótulo “Misunderstood” (¡pobrecito incomprendido!):
Todos sabemos que el asalto espontaneo de la masa sobre el escenario es el siguiente paso tras el stage diving, el cual rompe las barreras espaciales entre escenario y público, del mismo modo que dar la voz al público rompe las barreras musicales entre el sujeto y el objeto, entre cantante y oyente. Mediante este último gesto, se constituye definitivamente al público en sentido contemporáneo y popular como sujeto colectivo con autonomía propia. La actividad de este nuevo público no se reduce a la mera escucha pasiva y al reconocimiento de la representación musical, mediante un gesto de aprobación convencionalmente estipulado (el aplauso). Por el contrario, se trata de un público que requiere constantemente de atención, en el doble sentido de preocupación por (el público como gran Leviatán, monstruo terrible e irracional) y cuidado de; un cuidado que se expresa de múltipes maneras, hasta el límite de la provocación y el insulto: ante todo debe ser constantemente convocado a la aprobación y la participación, tratándose como se trata de un público que se aburre fácilmente, por contra de fácil satisfacción y que, nunca lo olvidemos, ha acudido a en busca de una forma específica del entertaiment consumista-capitalista: el de la experiencia colectiva donde, a través de la música en común, se funden las barreras entre los individuos. Problema: la satisfacción de este colectivo en fusión puede, de nuevo, expresarse de múltiples y contradictorias maneras: no solo mediante silbidos o coreando nombres, emitiendo gemidos terribles y masivos (todo ello tajantemente prohibido en las Konzertsaale vienesas). Estamos hablando de combates de barro durante el concierto de Green Day en el 25 aniversario de Woodstock (a partir de este acontecimiento también conocido como Mudstock ’94).
En estos breves minutos poseemos prácticamente casi todo: el público transformado en gran lodazal indiferenciado que pugna por tomar el escenario, las patéticas figuras de los voluntarios que intentan por todos los medios mantener la ley y son por lo tanto los que habilitan la posibilidad de su quebrantamiento (en el momento en que son superados: “ok, we are gone, all it’s over”), el cantante intentando destruir el micrófono, ese centro fálico de poder a partir del cual se emite la Palabra, en un gesto de ingenua rebeldía (¿finalmente frustrada?), el bajista mimetizándose a ras de suelo con el entorno cubierto de barro, de nuevo el cantante que pide al público que le mande callar y que, al mismo tiempo que se expone como objetivo de su aprecio embarrado, desearía en realidad confundirse con el público en un combate de todos contra todos: persigue a un espontáneo hasta expulsarlo de su fortín, hace que un chaval repita sus palabras, etc [Paréntesis: este chico, de nombre Billie Joe Armstrong, ya mostró en otro concierto la capacidad que tenía de interpelar y ser interpelado por un tipo concreto del público, hasta el punto de lanzarse a dar hostias. Estamos en el otro extremo del miedo a ser despedazado: el héroe-cantante se abre paso a base de galletas entre el público. El video lo tenéis aquí: http://www.youtube.com/watch?v=X5dF6Sj3WYo&NR=1.]; finalmente una última anécdota: después de que la toma del escenario fuera una realidad, el bajista fue “blocao” por un guardia de seguridad, quien le había confundió con un espontáneo más. Le partió dos dientes. Ya en el suelo, el dañado músico le dijo: “Ey, soy el bajista” y el guardia contestó: “Eso dicen todos.” He aquí la culminación de la democratización de la cultura de la que hablábamos al comienzo: todos pueden pretender que son el bajista; la diferencia entre serlo o no es relativamente escasa.
sábado, 27 de marzo de 2010
I-IV-V-I (2)
I-IV-V-I (1)
A saber.
viernes, 26 de marzo de 2010
desporto
Golpeo
"El arte no es un espejo donde reflejar el mundo, sino un martillo con el que golpearlo"
Fernando Arrabal
(Domingo, no encuentro el video, mira a ver si lo cuelgas tú, anda)
http://www.arrabal.org/
http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Arrabal
http://www.spanisharts.com/books/literature/tarrabal.htm
http://www.generacionxxi.com/arrabal.htm
de Arrabal
‘El prestigio del libro y del autor es tan grande que por ahora no le hace ninguna sombra internet'
‘El blogista, en realidad, es un mártir cotidiano'
‘A mí se me invita porque murieron mis colegas: Becket, Breton, Jarry...'
‘¿Qué necesidad tiene un ministro de cultura de saber quien es el mejor novelista del milenio?'
‘Además de ser feo, ateo y sentimental soy incontrolable, aunque me he dado cuenta que soy menos feo que era antes'.
‘La política es como un folletín'.
Del teatro del absurdo
Es decir, hasta ahora no se había considerado conveniente ese hablar por hablar de las cosas mas anodinas, de la realidad mas simple y casera, sin segundas significaciones. Semejante lenguaje que, según Duvignaud, se atiene a la «lógica del pie de la letra», sólo sería posible en boca de niños o de extranjeros, ajenos a las connotaciones del idioma y de la historia que lo conforma. Curiosamente, algo de niños tienen algunos de los personajes creados por estos dramaturgos extranjeros residentes en Paris.
EL CAMPO DE VISION Y EL ANGULO DE ENFOQUE SON DIRECTOS PERO VARIABLES
Encantao, con la cabeza muy alta recibiré la cátedra como espero me hagan oficialmente sátrapa en París. Espero invitación oficial me pondré lo mejor que pueda,buen calzado con cordones o lo de siempre botas altas de lagarto, un buen puro que fumaré haciendo coronas insertandolas unas en otras. Amigo Cariceo no olvidemos la importancia de habernos criado como extraños en nuestro propio hogar, según el experimento del Faraón Psamético.