domingo, 7 de octubre de 2012

Lautréamont o Cuando veas al hombre de banca dinámico y grave que en la ranura de su coche introduce la llave, mientras habla con un cliente importante, y con mano segura agarra el volante, verás, si te fijas, en el cristal la cara del que sabe.

.. Con la cualidad de nuestros deseos, pensamientos y asombro proporcionados a nuestra infinita pequeñez, medimos hasta el tiempo mismo de acuerdo con nuestra propia magnitud. Encerrados en la morada de las ilusiones personales, treinta siglos de historia de la humanidad parecen menos, al mirar hacia atrás, que treinta años de nuestra propia vida...

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