Cuando le ofrecían puestos corporativos con grandes salarios, los
rechazaba diciendo: “Ustedes no me quieren a mí, lo que quieren es la
figura del Presidente y esa no me pertenece, le pertenece al pueblo
Norteamericano y no está en venta”.
Aún después, cuando el 6 de
Mayo de 1971 el Congreso estaba preparándose para otorgarle la Medalla
de Honor en su 87 cumpleaños, rehusó aceptarla, escribiéndoles: “No
considero que haya hecho nada para merecer ese reconocimiento, ya venga
del Congreso o de cualquier otro sitio”.
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