Venus dispensando al mundo los tesoros de su belleza.
Después de las representaciones -escribe-, vestida con mi túnica y mi cabellera coronada de rosas, ¡estaba tan linda! ¿Por qué no beneficiar a otro de ese encanto? ¿Por qué un hombre que trabaja toda la jornada con su cerebro... no habría de ser enlazado por esos brazos espléndidos y no hallaría algún consuelo a sus fatigas y unas horas de belleza y olvido?
sábado, 6 de octubre de 2012
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