martes, 27 de abril de 2010
CARAS DE PAN DIENTE DE DIAMANTE
EL CANSANCIO NO AGOTA, ES DIAMANTE QUE TENGO EN EL ZAPATO QUE NO HA DEJADO DE MOLESTARME EN EL PIE DURANTE TODO EL DIA, CLAVANDOSE EN LA ALMOHADILLA.
HABIA UN LAGO ARTIFICIAL EL FONDO, ERAN PEQUEÑOS TROZOS DE ADOQUINES BIEN COLOCADOS. YO SIGO CON EL DIAMANTE EN EL ZAPATO, ME HE ACONSTUBRADO A SU DOLOR.
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debe de haber una relación entre el pan y el diamante... o entre la cara de tonto y el diamante que te atrae como a un insecto (fosforito en la melopea), la piedra en el zapato que en realidad es valiosa, es diamante, y no puedes sacartela y tirarla simplemente...y aquello del bandolerismo asalta en la ausencia de propiedad, finalmente el lastre de la subjetividad encalla en el ahora, que es nunca jamás...
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