HACIA UN INQUIETANTE MERIDIANO II

unas horas antes de iniciar mi entierro en morille, fernando castro flórez me dio una de las mejores recepciones no sólo en madrid sino en cualquier lugar que ronde por tu cabeza. al autor intelectual de bizarro 2,0 lo conocí en la trienal de chile a través de ticio escobar. en realidad, estuve con él sólo cinco minutos en una reunión algo forzada porque no quería ir a ese encuentro ni saber nada de la trienal ni exposición de arte chileno alguno. pero tampoco podía ser maleducado con la gentileza de ticio, una exquisita rareza en nuestra colvulsionada latinoamerica. recuerdo que hubo un intento previo de encontrarnos pero al llegar al lugar de la reunión vi una hilera con los orgullosos y ninguneadores "rostros" de la escena artística local, esperando como si de una consulta medica se tratara. di media vuelta y me fui. llevaba ya años haciendo obras invisibles al margen de ellos y no veia porque esta sería la excepción. recuerdo cuando me sacaron de la cama para ir a la "segunda" entrevista con castro flórez. quedaba a la vuelta de donde vivo, en el centro de santiago. fuí como estaba. de manera desaliñada. como siempre. ahora el lugar no parecía consulta médica, bueno, también era el primero en llegar. ahí estaban ticio escobar, osvaldo salerno, justo pastor mellado y fernando castro flórez. creo que un par de personas más. por ahi la pelicula se me borra pero retengo el momento cuando fernando me propone realizar una página web donde cuente todo lo que me pasa mientras estoy en la trienal. supongo que castro flórez, en ese encuentro de escasos minutos se dio cuenta que me cabreaba tener que hacer no sólo algo in situ en el museo. en todo caso, la reunión no fue para nada tensa. tampoco duro mucho. duchampianamente me comprometí con una seguidilla de "sí" a enviar un proyecto, su costo y otras cuestiones propias de la ocasión. de ahi no volvería a ver a fernando hasta nuestro encuentro en madrid, horas antes de ir al cementerio museo-mausoleo de morille. entre esos cinco minutos y la tarde de anteayer, el "gran fernandini" (como dice domingo) me ha brindado una entrañable amistad en lo personal y una rigurosa complicidad en lo artístico, fue quien me recomendó conocer a domingo sánchez blanco y no se equivocó. además de otorgarme el privilegio de ser miembro de número de ese surfing club que es el contubernio caníbal. y no joderme con las gillipolladas del cada vez más patético mundo del arte, sean la del fuego amigo chileno, el wannabe tercermundista o el circuiticismo del primer mundo.