sábado, 2 de junio de 2012
La Cosa.
encuentro con Cariceo en Madrid. Cocido madrileño y discusión para intentar convencer a los parroquianos de que había que hacer un número triple anti-Vargas-Llosa. La cosa no prosperó pero dimos un poco por saco. Abrazos y parabienes infinitos antes de que partiera para su nocturna tarea funeraria. Hoy le contaba a Manuela su acción con la carta de la madre y, subiendo el puerto de Guadarrama, se emocionó hasta caer una lágrima. La cosa (pre-lacaniana) tenía su aquel. Me alegro reconocer al amigo invisible. Cinco minutos hace años en Santiago de Chile, infinidad de posts en el Bizarro y de nuevo una mañana juntos. Luego algunos recalcitrantes dirán que Internet deforma las mentes, lo que seguramente ignoran es que algunas relaciones se fortalecieron gracias a la red.
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