sábado, 21 de enero de 2012

Z|Ciego, leo el plastico de etta james y los escollos del buque costa concordia



Pero más sabios fueron nuestros antepasados que las apreciaron por su exquisito hígado. En los ejemplares ceba­dos alcanza gran tamaño e, incluso después de extraído, cre­ce también en una mezcla de leche y miel. No sin motivo se discute quién fue el descubridor de un bien tan grande, Esci­pión Metelo, consular, o Marco Sejo, caballero romano, contemporáneo suyo. Pero, de lo que hay constancia es de que Mesalino Cota, hijo del orador Mesala, tuvo la idea de tostar las palmas de los pies de estas aves y aderezarlas en una fuente con crestas de gallo; sin duda con absoluta honestidad podría atribuir la palma culinaria a cualquiera de ellos.

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