El alargue del año académico 2011 (con exámenes en la primera quincena de marzo) es algo que no tenía en mis anales, incluso preguntando a quienes preceden a mi generación de egreso. Es un fenómeno que no ocurría desde 1973. Pero hoy es un domingo más tranquilo. Como es habitual, salí a recorrer los museos y galerías de la capital corroborando -como todos los fines de semana- que no hay nada interesante que comentar. Claro, a excepción de tropezarme por primera vez con Taun en las redes sociales. Encuentro fortuito y consiso que despertó la idea de ir al cine a ver Las Aventuras de Tintín: Las aventuras del Unicornio. Ayer había degustado, antes del recital de poesía de Angeles Martínez, la versión on line de Star Wars realizada por sus fans, algo muy superior al enchulado 3D de la precuela que Lucas anuncia en una sinopsis palomitera, poco antes de sumergirme a punta de gafas en Tintín. La adaptación de Spielberg/Jackson de la obra de Hergé sumado a la adaptación fan de Star Wars Uncut cargó de combustible la tabla de temas a tratar mañana en la academia. Paralelamente escribo raudamente a DJ Fassman y Domingo y proceso, tras postear lo que lees, a finiquitar la repetición en línea de la acción de Cagón & Crista en Cuenca y hacer los ajustes finales al disco de Avelino.
domingo, 22 de enero de 2012
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