Herpes labial, cada vez más sospechoso de causar Alzheimer
El virus del herpes labial se consolida día a día como sospechoso de estar implicado en la enfermedad de Alzheimer no hereditaria.
Los trabajos que sobre esta vinculación realiza el equipo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, de la Universidad Autónoma de Madrid, que dirige Fernando Valdivieso, siguen encontrando esas relaciones, la última de ellas a punto de publicarse en la revista científica Neurobiolgy of Aging.
La verificación de esta hipótesis, que el herpes labial es una de las causas que desencadena el Alzheimer, no debería asustar a nadie, pese a que esa afección la padezcan la mayoría de los humanos.
Por el contrario, es tranquilizador pensar que se abriría una vía terapéutica fácil para combatir algunos casos de Alzheimer, justamente los que fueran debidos a esta causa.
Por un lado, se podría vacunar a la población contra este virus, como se hace con la varicela o cualquier otra infección viral y, por otro, se podrían utilizar antivirales para las personas ya infectadas.
Todo parte de la evidencia de que hay una importante acumulación del virus que provoca el herpes labial en el cerebro de las personas afectadas de Alzheimer.
A partir de ello, y desde hace diez años, el equipo del Severo Ochoa está intentando comprobar que ese hecho tiene que ver con el desencadenamiento de la enfermedad en los casos de Alzheimer esporádico, es decir en más del 90% de los casos de Alzheimer y, paradójicamente, los menos investigados.
Los dos hallazgos más recientes del equipo que dirige este catedrático de Bioquímica y Biología molecular, ambos en este año 2007, abonan la hipótesis de que el herpes labial es una de las causas de la enfermedad.
El primero, publicado este mes en Neurobiology of Aging, prueb que el principal gen usado por este tipo de virus para eludir la vigilancia del sistema inmunológico (el TAP2) está asociado genéticamente al riesgo de Alzheimer.
Tras dos estudios simultáneos realizados en España y en Canadá, el equipo ha demostrado que las personas que poseen una variante de una determinada proteína (ApoE4) y una forma determinada del gen TAP2 tienen hasta 16 veces más riesgo de padecer la enfermedad.
Estos hallazgos, según Valdivieso, apoyan la hipótesis de que las variantes genéticas humanas que facilitan el acceso al cerebro y la evasión del sistema inmunológico del virus del herpes causan susceptibilidad para el Alzheimer.
El segundo estudio prueba que una proteína (PKR), muy frecuente en los cerebros de los enfermos de Alzheimer y que se activa por el virus del herpes, también está asociada genéticamente con el riesgo de padecer Alzheimer.
Todo conduce a confirmar que, efectivamente, hay relación entre la predisposición genética a infecciones por virus del sistema nervioso central y la aparición de enfermedades neurodegenerativas.
Estas dos publicaciones se suman a otras siete, todas en la misma senda de establecer la relación entre el Alzheimer esporádico y el herpes virus, el más común y en principio un virus banal.
Los trabajos fueron presentados por primera vez al público en general en el año 2004. Valdivieso y su equipo habían probado que una determinada lipoproteína (la ApoE4), que predispone a la enfermedad de Alzheimer, es la misma que el virus del herpes utiliza para invadir el sistema nervioso central.
Esta proteína, la ApoE4, tiene especial importancia, pues es el único factor principal de riesgo de padecer Alzheimer esporádico (aparte de la edad) que la comunidad científica admite unánimemente.
Con este descubrimiento, la hipótesis del herpes como interviniente posible (junto a otros factores) en el desencadenamiento del Alzheimer recibió un espaldarazo importante.
En ese camino, y siempre experimentando con ratones, otro momento destacado se produjo con el descubrimiento de la transmisión de madre a hijos del virus del herpes, a través de la sangre.
Las ratonas inoculadas con el herpes labial lo transmitían a sus crías y estas nacían con el herpes alojado en el cerebro, en el hipocampo, la zona donde residen los recuerdos y que resulta dañada en el Alzheimer.
Pero la prueba del nueve está aún en una jaula.
Se trata de un ratón transgénico que el equipo ha patentado con el nombre de happy mouse.
Son ratones a los que se ha incorporado un gen humano: el APP (proteína precursora del amiloide), pues es este gen el que propicia que se depositen amiloides, las proteínas que se acumulan en el cerebro de los enfermos produciendo daños irreparables. Los ratones tienen una proteína diferente que no puede producir amiloide.
A este tipo de ratón se le ha infectado con el virus del herpes labial y si al final de la vida de los primeros ejemplares la autopsia muestra que tienen neurodegeneración tipo Alzheimer se habrá dado un paso difícilmente controvertible en la comprobación de que el herpes labial es causa de Alzheimer.
Fuente: Madrid, marzo 14/2007 (EFE)
La verificación de esta hipótesis, que el herpes labial es una de las causas que desencadena el Alzheimer, no debería asustar a nadie, pese a que esa afección la padezcan la mayoría de los humanos.
Por el contrario, es tranquilizador pensar que se abriría una vía terapéutica fácil para combatir algunos casos de Alzheimer, justamente los que fueran debidos a esta causa.
Por un lado, se podría vacunar a la población contra este virus, como se hace con la varicela o cualquier otra infección viral y, por otro, se podrían utilizar antivirales para las personas ya infectadas.
Todo parte de la evidencia de que hay una importante acumulación del virus que provoca el herpes labial en el cerebro de las personas afectadas de Alzheimer.
A partir de ello, y desde hace diez años, el equipo del Severo Ochoa está intentando comprobar que ese hecho tiene que ver con el desencadenamiento de la enfermedad en los casos de Alzheimer esporádico, es decir en más del 90% de los casos de Alzheimer y, paradójicamente, los menos investigados.
Los dos hallazgos más recientes del equipo que dirige este catedrático de Bioquímica y Biología molecular, ambos en este año 2007, abonan la hipótesis de que el herpes labial es una de las causas de la enfermedad.
El primero, publicado este mes en Neurobiology of Aging, prueb que el principal gen usado por este tipo de virus para eludir la vigilancia del sistema inmunológico (el TAP2) está asociado genéticamente al riesgo de Alzheimer.
Tras dos estudios simultáneos realizados en España y en Canadá, el equipo ha demostrado que las personas que poseen una variante de una determinada proteína (ApoE4) y una forma determinada del gen TAP2 tienen hasta 16 veces más riesgo de padecer la enfermedad.
Estos hallazgos, según Valdivieso, apoyan la hipótesis de que las variantes genéticas humanas que facilitan el acceso al cerebro y la evasión del sistema inmunológico del virus del herpes causan susceptibilidad para el Alzheimer.
El segundo estudio prueba que una proteína (PKR), muy frecuente en los cerebros de los enfermos de Alzheimer y que se activa por el virus del herpes, también está asociada genéticamente con el riesgo de padecer Alzheimer.
Todo conduce a confirmar que, efectivamente, hay relación entre la predisposición genética a infecciones por virus del sistema nervioso central y la aparición de enfermedades neurodegenerativas.
Estas dos publicaciones se suman a otras siete, todas en la misma senda de establecer la relación entre el Alzheimer esporádico y el herpes virus, el más común y en principio un virus banal.
Los trabajos fueron presentados por primera vez al público en general en el año 2004. Valdivieso y su equipo habían probado que una determinada lipoproteína (la ApoE4), que predispone a la enfermedad de Alzheimer, es la misma que el virus del herpes utiliza para invadir el sistema nervioso central.
Esta proteína, la ApoE4, tiene especial importancia, pues es el único factor principal de riesgo de padecer Alzheimer esporádico (aparte de la edad) que la comunidad científica admite unánimemente.
Con este descubrimiento, la hipótesis del herpes como interviniente posible (junto a otros factores) en el desencadenamiento del Alzheimer recibió un espaldarazo importante.
En ese camino, y siempre experimentando con ratones, otro momento destacado se produjo con el descubrimiento de la transmisión de madre a hijos del virus del herpes, a través de la sangre.
Las ratonas inoculadas con el herpes labial lo transmitían a sus crías y estas nacían con el herpes alojado en el cerebro, en el hipocampo, la zona donde residen los recuerdos y que resulta dañada en el Alzheimer.
Pero la prueba del nueve está aún en una jaula.
Se trata de un ratón transgénico que el equipo ha patentado con el nombre de happy mouse.
Son ratones a los que se ha incorporado un gen humano: el APP (proteína precursora del amiloide), pues es este gen el que propicia que se depositen amiloides, las proteínas que se acumulan en el cerebro de los enfermos produciendo daños irreparables. Los ratones tienen una proteína diferente que no puede producir amiloide.
A este tipo de ratón se le ha infectado con el virus del herpes labial y si al final de la vida de los primeros ejemplares la autopsia muestra que tienen neurodegeneración tipo Alzheimer se habrá dado un paso difícilmente controvertible en la comprobación de que el herpes labial es causa de Alzheimer.
Fuente: Madrid, marzo 14/2007 (EFE)
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