domingo, 13 de mayo de 2012

ORSON 5000 (43)


Eran tiempos de la Guerra Fría y Ramón Vergara Grez estaba asombrado y atemorizado con el poder de la energía nuclear y la carrera espacial. Había comprado la que sería su residencia definitiva en la calle Lorenzo de Médicis. Será en esta residencia, ubicada en la comuna de Las Condes, donde realiza un mural donde alegorizó sus temores ante la amenaza de una guerra nuclear. Vergara Grez embargado en sus imágenes y ansiedades estéticas decidió, en un estricto geometrismo de reminiscencias andinas, disponer tres naves espaciales en los muros que unen la sala de estar al comedor de su hogar. Desde entonces, cambió numerosas veces la cromaticidad de la estructura gráfica del mural, alteraciones producto de sus estados de ánimo metafísicos al respecto. Estos cambios aparentemente caprichosos eran consecuencia de su reflexión sobre la libertad que debe tener el artista para alterar la propia obra hasta encontrar la forma apropiada que, en realidad, sólo dejará formalmente de mutar cuando su autor deje de existir físicamente. Esta interpretación trascendentalista del quehacer artístico, ensayada por el pintor nortino constantemente en su mural, era complementada con la búsqueda de una geometría personal que, sin ignorar los órdenes abstractos impuestos por las vanguardias, fuera en realidad síntoma del capital cultural andino. Así, mientras insistía en la conformación militante de agrupaciones artísticas en torno a lo geométrico, su obra paradójicamente se distanciaba de cualquier lectura ortodoxa del arte geométrico. Su mural plagado de naves espaciales lo documenta, desconcertando a las miradas puristas pero albergando lo que Vergara Grez denominaría Geometría Andina.

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