jueves, 26 de julio de 2012

Franz Ferdinand "Shopping For Blood"

 En 1889, el príncipe Rodolfo, de 30 años, que padecía de ciertos trastornos psicológicos causados en parte por la estricta educación militar a la que fue sometido en su infancia, convenció a su amante, la joven baronesa María Vetsera, para que se quitase la vida junto a él. Sin embargo, se habló, y aún hoy en día se habla, de un complot contra Rodolfo. Por un lado, la hipótesis de un complot tejido por los servicios secretos austríacos, dadas las ideas radicales y liberales que el hijo del Emperador profesaba. Por otro lado, la hipótesis de un complot urdido por los servicios secretos franceses ante la negativa de Rodolfo de dar un golpe fatal a la política de su padre. Todo esto se fundamenta en los estudios sobre los cuerpos de los fallecidos. Ella, según dichos estudios, no murió del disparo en la cabeza, sino de una paliza previa. Él presentaba cortes en la cara y en varias partes del cuerpo, algo impropio de un suicido, que se taparon con maquillaje antes de su funeral en Viena. A pesar de las hipótesis, la causa de su muerte es a día de hoy una incógnita.



El 10 de septiembre de 1898, mientras la Emperatriz paseaba por el Lago Lemán de Ginebra con una de sus damas de compañía, la condesa Irma Sztaray, fue atacada por un anarquista italiano, Luigi Lucheni, que fingió tropezarse con ellas, aprovechando el desconcierto para deslizar un fino estilete en el corazón de la Emperatriz. Al principio, Isabel no fue consciente de lo que había sucedido. Solamente al subir al barco que las estaba esperando, comenzó a sentirse mal y a marearse. Cuando se desvaneció, su dama de compañía avisó al capitán del barco de la identidad de la dama y regresaron al puerto. Ella misma desabrochó el vestido de la Emperatriz para que respirara mejor y, al hacerlo, vio una pequeña mancha de sangre sobre el pecho, causada por el estilete, que había provocado una mínima pérdida de sangre sobre el miocardio, suficiente para causar la muerte.
Luigi Lucheni estaba en realidad planeando un atentado contra el pretendiente al trono francés, un príncipe de la Casa de Orléans, pero, al leer en un periódico que la visita del príncipe francés había sido anulada y que la Emperatriz se encontraba en la ciudad, decidió buscar en ella a la víctima

El 28 de junio de 1914, aproximadamente a las 11 de la mañana, Francisco Fernando y su esposa fueron asesinados en Sarajevo, capital de la provincia austro-húngara de Bosnia-Herzegovina, por Gavrilo Princip, extremista serbio y uno de los varios asesinos controlados por Mano Negra, grupo terrorista serbio. El acontecimiento, conocido como el Asesinato de Sarajevo, fue uno de los desencadenantes de la Primera Guerra Mundial.

Francisco Fernando estaba en una visita oficial en Serbia. Era llevado en un automóvil para conocer la ciudad de Sarajevo. Hubo muchos intentos fallidos de disparale por diferentes motivos. Inesperadamente una bomba arrojada por uno de los integrantes del grupo extremista, éste se toma una píldora con arsénico y se tira al río, Fernando al ver la bomba la arroja para atrás inmediatamente, la bomba explotó dejando heridos. Precipitadamente lo llevaron al ayuntamiento de la ciudad. Suspende las reuniones oficiales y exige ser llevado al hospital donde se encontraban los heridos. Después de muchas maniobras, el chofer que conducía el automóvil se pierde. Casualmente, uno de los integrantes del grupo extremista apodado Princip que estaba en un café lo ve, el automóvil al estar perdido retrocede y Princip se encontraba a escasos metros de Francisco Fernando. Saca su arma y dispara dos veces. Una bala hiere directamente a Ferdinardo y la otra rebota hiriendo a Sophie su esposa, la cual estaba embarazada. Después de unos 20 minutos ambos mueren.

Es muy poco conocida su costumbre de llevar la ropa siempre impecablemente planchada y abotonada; hasta tal punto llevó este gusto por la pulcritud que se hacía coser la ropa durante los desfiles o paradas militares, para evitar que las solapas se abrieran con el viento. El día del atentado el hecho de llevar la casaca cosida impidió que se le pudiese socorrer a tiempo, tapándole la herida de bala o deteniendo el flujo de sangre con un simple pañuelo, lo que originó una hemorragia abundante y la consiguiente muerte.

Inmediatamente encuentran a Princip y lo arrestan al igual que su compañero ya que el arsénico que ambos habían tomado había caducado.

Francisco Fernando fue enterrado con su esposa Sofía en el panteón de familia del Castillo de Artstetten, en la Baja Austria.

Prinzip, el asesino luego de unos años se arrepiente de haber matado a Fernando ya que no sabía las consecuencias que esto había traído. Muere en la cárcel aproximadamente a los 24 años de edad a causa de una enfermedad. Al jefe de esta organización se le da la pena de muerte pero no a Principe ya que era menor de edad.

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