Esta imagen que comentamos aquí es extrañamente paradójica, que invita a hacer lo contrario de lo que dice. ¿Qué nos dice? Un imperativo con tono incluso cariñoso, a saber, "deja las pajas, mi niño del alma y de mis entretelas". No es, por tanto, un imperativo tipo militar-sacerdotal como "deja de hacerte pajas pedazo de cabrón indisciplinado y pecador". Esa chica, a la cual me gustaría poder conocer face to face para ver si es de verdad o si sólo es producto imaginario, invita con sus gafas por un lado y su escote por otro a traducir a Heráclito o a Hegel si no a Derrida en tanto que traduciendo a esos señores tan ininteligibles se te pasa el tiempo y ya no te masturbas pensando en que se la metes en cualquier "entre" (las tetas, los labios horizontales, los labios verticales...) Zwischen femenino, que hace que alguien sea,eso, femenino. "Conoce a una chica a la que poder follarte" dice la imagen. Y yo digo que quiero conocer a una chica para conocerla, para apreciar su mirada femenina, para admirar su modo de hablar, de entender(se) el mundo como declinado en el modo "ella". Que malintencionado y malicioso el pensar que sólo pensamos en follar con las mujeres. Yo defiendo aquí que lo primero, lo prioritario, digo más aun lo que debería tener primacía es conocer a la mujer de modo conceptual, dialógico, racional para que la pasión por la diferencia esté canalizada, orientada según un logos, un plan que no quita que haya momentos de improvisación, locura, juerga desenfranada y orgiástica y...................La excepción confirma la regla de Lucía (cuando la tenga cada mes) Conclusión: Llámame si NO quieres follar sino si quieres hacer el amor
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