“Esta es la segunda dimensión de la responsabilidad de un artista, el empeño en plasmar el espíritu de las sociedades y de los pueblos”, dijo el Papa. “En esta perspectiva -continuó- se descubre la tercera dimensión de la responsabilidad”: “El artista es responsable no sólo de la dimensión estética del mundo y de la vida, sino también de su dimensión moral”.
“Si en la creatividad no se deja guiar por el bien, o peor todavía, se dirige hacia el mal, no es digno del título de artista”, concluyó el Santo Padre.miércoles, 1 de febrero de 2012
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