Bajo el titulo “Hacia un meridiano inquietante”, la curaduría de Fernando Castro Flores, presentó, en la undécima edición de la Bienal de Cuenca (cuya clausura debía efectuarse anoche), variedad de propuestas de video, pintura y fotografía.
Flores, quien luego de la clausura dirigirá el desmontaje de las obras, explica que la Bienal muestra un estrato de lo que sucede en el arte contemporáneo, arte que algunos lo califican como global donde hay signos de hibridación que se han expandido.
Para el crítico, hoy en día es difícil hablar de pintura como una práctica autónoma, más bien dice que las tendencias son la fusión de pintura, fotografía, performances, video; obras gráficas en las que el artista tiene a disposición todos esos materiales y lenguajes para expresarse en una cultura donde lo visual tiene importancia y apertura para pensar en lo que acontece.
A decir de Castro, el arte, en cierto momento, no es que aporte soluciones, pero posibilita ver cosas que la ni la filosofía, sociología o pensamiento político permiten.
“Creo que la Bienal a veces es un laboratorio que tiene ese carácter apasionante en el que unos quedan desconcertados, otros se muestran en desacuerdo, pero eso es lo importante que no deje indiferente al público, que no sea una muestra más, sino un escalón en el que las personas comprendan lo que sucede en su época y trate de establecer un pensamiento a favor o en contra de ello, al menos argumentándolo”, señala. (BSG)
Detalle
Para el curador español, este es un momento en el que el arte es contextual, tiene muy en cuenta la posición social, la forma de exposición, el espacio, inscripción, la mezcla de lo global y lo local.
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