viernes, 28 de octubre de 2011
El sentirnos felices nos protege incluso de los constipados.
el vino produce alegría que a veces el hombre se alimenta sólo de frutos, que las plantas florecen en primavera y se marchitan en otoño. Estar satisfecho con los demás, tener la casa de nuestro corazón abierta de par en par, es ser liberal, pero nada más que liberal. A los corazones que son capaces de ofrecer una hospitalidad aristocrática se les reconoce porque la mayoría de sus ventanas tienen las cortinas corridas y la mayoría de sus postigos aparecen cerrados: sus mejores habitaciones se encuentran vacías. ¿Por qué? Porque esperan huéspedes con los que no «se sientan satisfechos»
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