miércoles, 23 de enero de 2013

1989 Blues eléctrico. Canda la puerta del toilet y fumate un puro habano

“El agua estaba perfecta para Lee, que no la soportaba fría.  
No sintió ningún choque cuando se metió. Nadaron alrededor de una hora  
y luego se sentaron en la playa mirando al mar.  
Allerton podía estar horas sentado sin hacer nada.”
 Night now! Tell me, tell me, tell 
me, elm! Night night! Telmetale of stem or stone. Beside the rivering waters of, 
hitherandthithering waters of. Night!

Llevo el abrigo de Santiago Sierra, la piel de ciervo está desgastada, ha estado en bastantes sitios. Este abrigo es cojonudo. Se lo intercambió con mi padre por otro de cuero negro con muton en el cuello. Tenía silicona y provenía de una saca alemana. El frio de Dublín cala los huesos y el pequenho calefactor está sincronizado con el ventilador del computer. Un whiskey irlandés calienta el gaznate y el recuerdo del habano puro se hace presente hoy. Fumar un puro, el asado con las patatas está en el horno. Dejé de fumar hace bastante tiempo. Creo que se pasará. El blues eléctrico ilumina el rostro y la lagrima que deja el alcohol. Imagino nuevos lenguajes, y el piano de nuevas ideas toca cada manhana entre el suenho y el despertar. Soluciono los problemas cuando estoy en ese estado, medio dormido, viajo al meollo del problema y le suelo dar matarile.

Era la etapa final, antes de adentrarse en la selva, desde Puyo, al lado amazónico de los
Andes, en donde crecía la Bannisteria caapi, el yage o la ayahuasca, como la conocían
los indios. La etapa final del viaje y la aventura. Es una nube que se convierte en lágrima y se lanza al río, se mezcla con el río. Es medianoche. La lluvia azota los cristales.

Es curioso, no me gustan ni los hombres ni los animales. Y en cuanto a Dios, ya empieza a cansarme.
¡Oh incomprensible espíritu, a veces faro, a veces mar.
Masas desnudas como leyes vacilan.…zozobro en la bruma marina de los fenómenos.
Moran podía inclinarse sobre Molloy. Había, en suma, tres Molloy, no, cuatro.
Me parecía que cualquier lenguaje es un error de lenguaje.

Nuevas formas de virus publicitarios nos acechan. Insertados en tu ordenador, polinizan el espacio cibernético, siguiendo los principios de adaptación y dispersión de las plantas.


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