Los castores construyeron. Los "mazagranes" humearon en los cafetines.En la casona de cristales, todavía chorreante. Una puerta crujió, y las veletas y los gallos de los campanarios de todas partes, se sumergieron bajo el resplandeciente aguacero.
Se instaló un piano en los Alpes.Partieron las caravanas. Y el Splendide-Hôtel fue edificado en el caos de hielos y noche polar. Desde entonces, la Luna oyó gimotear a los chacales por los desiertos de tomillo, - y a las églogas en zuecos gruñir en el huerto. Luego, en el oquedal violeta, lleno de brotes, Eucaris (sacrificio de flor de harina que tenían que ofrecer los que sanaban de la lepra) me dijo que era la primavera. Mana, estanque, - rueda, Espuma, sobre el puente, y por encima de los bosques; - paños negros y órganos, - relámpagos y nuevas arcas. La sangre y la leche corrieron.
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