domingo, 10 de marzo de 2013

6581-7000 Presión en el oido izquierdo


El vuelo fue agradable, conseguí dormir unas horas sin interrupciones, y cuando abrí los ojos estabamos descendiendo. En el descenso, me dí cuenta que habiamos cambiado los asientos, la fila estaba mucho más cerca de la cabina, y había muchos vasos de plástico encima del asiendo de al lado. En este tipo de viajes el avión no va completamente lleno de gente, así que es fácil encontrar sitios vacios alrededor. ¿Pero todos?
En ese mismo instante se cruza la conversación por los headphones—Ahí tiene usted todos los planos de fontanería —. No creo que tenga ningún problema de filtraciones, porque nunca las hubo, pero a veces las cañerías se congelan. La única manera de evitarlo es dejar correr un poco los grifos durante la noche, pero en este jodido palacio hay más de cuatrocientos grifos. El gordo maricón ese de arriba iría chillando todo el camino hasta Denver cuando viera el recibo del agua. ¿No tengo razón?
En alguna parte, en algún suplemento dominical o en un artículo de revista, había leido sobre estos suenhos tan profundos y tan reales, pero aquello no parecia un suenho. No había gente en el avión, y estabamos planeando en un descenso suave, en el hilo musical solo había fragmentos de conversaciones imposibles, que  parecían no llevar a ningún lado, así que decidí levantarme y empezar a vocear a mi alrededor. Increiblemente no se sentía sensación de pánico, y me preguntaba cuanto tiempo seguiria así. Incapaz de explicar qué le sucedia, caminé instintivamente hacia la cabina del piloto, todo estaba sucio, el suelo lleno de papel de periodico y habíá agua en el suelo que salía del banho. Al mismo tiempo que avanzava empeze a sentir como las turbulencias agitaban violentamente el avión, así que me sujeté como pude al asiento desplegable que utiliza la tripulación. Una luz blanca inundó el interior del avión cegando cualquier visión posible. En aquel momento no escuché ruido alguno, tuve la extranha sensación de que chocariamos en breve. Una especie de onda sorda se concentró en mi oido izquierdo, no podía abrir los ojos pero una serie de números no dejaban de repetirse en mi cabeza, se veían incluso a traves de los párpados con un fondo completamente blanco. 3, 8, 17.

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