Observó en el paisaje, el valor de la nueva carroceria de hielo, el tren que serpentea y el lemur ojo avizor se balancea con la celebración exhuberantemente contagiosa de Joseph Conrad o H.P.
Lovecraft
No era lo que el loco decía, sino la forma de decirlo, lo que alteró seriamente a los presentes.Un rayo de pis congelado con la total y demente confianza, y la sinceridad del enloquecido susurro.
La imaginación, con tales estímulos, podía -descubrir una amenaza activa en la diabólica figura helada y alargada que se agazapaba invisible al otro lado de la pesada plancha. Mirando a la puerta con atroz fascinación, descubrieron que se producían varios y distintos crujidos, aunque no aparecieron marcas de violencia en la superficie. Se preguntó cuán grande sería el deposito del otro lado, y cómo estaría colocada dicha figura "flush". Aquella idea del loco sobre un tanque y un túnel era tan delirante como sus otras fantasías. Después, en un terrible instante, perdieron por completo la respiración. El cinturón de cuero, con el que había pensado sujetar aún más al desafortunado, cayó de sus manos inertes y un espasmo de terror le sacudió de pies a cabeza. Debiera haber sabido que el lugar le volvería loco, tal como había sucedido con otros. Sufría alucinaciones salvajes. El chapoteo de un monstruo mítico en un tanque del otro lado de la puerta...
No hay comentarios:
Publicar un comentario