No me extranha en absoluto, el asado está listo, además hay chocolate ucraniano para el postre con el café. Ahora vamos a dar un paseo, hace sol., creo que Stravinski ya lo habrá averiguado. La salida del nigromante, de su larguirucho ayudante y del gato, que apareció en escena sobre sus patas traseras, fue un gran éxito.
—¡Un sillón! — ordenó Voland en voz baja, y no sabemos de dónde surgió en el escenario un sillón, y el mago se sentó en él—. Dime, amable Fagot
— preguntó Voland al payaso a cuadros, que, por lo visto, tenía otro nombre además de Koróviev—, tú que crees, ¿ha cambiado mucho la población de Moscú?
Mijaíl Bulgákov
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