Hace unos años empecé a fotografiar distintas zonas de la península
ibérica contraponiendo paisajes donde
documentaba los costosos e incompletos crecimientos urbanos. Mientras acumulaba
las imágenes de solares vacíos, edificios sin terminar y pisos en venta, me
embargó la impotencia. No quería materializar los paisajes de la burbuja
inmobiliaria ni explorar la crisis económica, política y social de España. De
esa manera al menos no. Del mismo modo cómo me opuse a usar las
imágenes de los detenidos desaparecidos chilenos para ilustrar los oscuros
orígenes del término invisibilidad del que hago uso. Supongo que conocen las imágenes de los familiares de personas detenidas desaparecidas portando el retrato (a veces el único) que tienen de su ser querido. Al respecto, recuerdo cuando hice publico mi cuestionamiento por el uso oportunista con fines artísticos que se hizo de la documentación gráfica del hallazgo de ejecutados políticos de 1973 en fosas comunes, ubicadas en el norte de mi país. En fin, el punto en retrospectiva es que estos viajes por España terminaron siendo una road movie fallida (a diferencia de mi proyecto anterior, "De Cuenca en Cuenca") porque sin desconsiderar el rigor de mis composiciones, los calculados encuadres y el empleo del telefóno celular para realizar las capturas, terminó siendo lo que no quería: un recorrido y no una transferencia, en el sentido que Dennis Oppenheim hace del término. Titulé "Cortina de humo" a esta serie donde mis visiones convertidas en retratos conceptuales, pretendidamente críticos y distantes de la especulación inmobiliaria española fueron reemplazados por los de la burbuja chilena.
miércoles, 5 de noviembre de 2014
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