Está de moda cuestionar a las
bienales. Y no podíamos estar al margen. Por lo menos eso pensamos Miguel
Romera y yo. Decidimos reflexionar al respecto y armamos una
bienal que aunara esa necesidad de llamar la atención, tan propia del mundo del
arte, y la indiferencia que provoca dicho mundo en la sociedad. Acordamos usar como eslogan de
nuestra bienal el coloquial “espérame tantito”, lexicalizada como mexicanismo pero
aludiendo a la apatía ciudadana frente al arte. La intención comunicativa de la
frase la asociamos a una imagen sacada de la película de Orson Welles, “F for
Fake”. Esto significa que el mensaje curatorial busca producir una sensación de
extrañamiento, una desfamiliarización con lo que se espera habitualmente del acontecimiento
artístico “bienal”. Para los más quisquillosos esto es una bienal “falsa”. Para aumentar esta sensación de
nulo impacto significativo social o político, nuestra bienal parte en su novena
versión, jugando polisémicamente con esta decisión. La IX bienal es también
una novena, un
ejercicio de devoción, una costumbre pagana adoptada por el cristianismo para
solicitar la mediación divina. Al respecto, conversamos con Miguel sobre qué
tipo de mediación buscábamos, y acordamos que la de alguien que ayude en la
falta de conocimiento o poca experiencia sexual. Aquí fue cuando se nos ocurrió la
idea de identificar a dicho mediador con la figura del curador de la bienal.
Esta codificación la combinamos con el número telefónico de Romera, para
favorecer la eficacia en el interlocutor de inferir la realidad de (nuestro)
comisario con la de una escort. Y
esto, además, está en relación con la ausencia de límites espaciales y
temporales de la convocatoria. No se sabe dónde es ni cuando durará. Como
es evidente, esta bienal ocurre en cualquier lugar y no tiene fecha de inicio
ni de fin. Basta con concertar una cita telefónica con Miguel R. Romera,
nuestro Call-Curator.
jueves, 6 de noviembre de 2014
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