domingo, 28 de agosto de 2011

Lidia Noguer Port Lligat



Antes de quitarse la servilleta para seguir comiendo, miró hacia
la ventana, entre bocado y bocado, y continuó mirando hasta que, sujetando la servilleta, se levantó y corrió las cortinas, dejando la habitación en penumbra. Después se sentó a la mesa para terminar de comer tranquilamente

El Hombre Invisible H. G. Wells

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