domingo, 28 de agosto de 2011

H. G. Wells


Sin lugar a dudas -siguió diciendo el visitante-, pero, normalmente, me gusta
que se respete mi intimidad. Sin embargo, me agrada que hayan venido a arreglar el
reloj -dijo, al observar cierta vacilación en el comportamiento
del señor Henfrey-. Me agrada mucho.Sin embargo, los que vieron de cerca al fugitivo y percibieron el terror que reflejaba su rostro, empapado de sudor, no compartieron el desdén del doctor.

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