domingo, 28 de agosto de 2011

-Cinco balas -dijo el hombre de la barba-. Es lo mejor. Cuatro ases y el comodín.



Tenía la boca torcida por el agotamiento, los labios llenos de una saliva espesa y su respiración se hacía cada vez más ronca y ruidosa. A medida que pasaba, todos se le quedaban mirando, preguntándose incómodos cuál podría ser la razón de su huida. En ese momento, un perro que jugaba en lo alto de la colina lanzó un aullido y corrió a esconderse debajo de una verja. Todos notaron algo, una especie de viento,unos pasos y el sonido de una respiración jadeante que pasaba a su lado. La gente empezó a gritar y a correr. La noticia se difundió a voces y por instinto en toda la colina. La gente gritaba en la calle antes de que Marvel estuviera a medio camino de la misma. Todos se metieron rápidamente en sus casas y cerraron las puertas tras ellos.

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