paseaba por la orilla de un rio truchero, habia barricadas por todas partes, alla, a lo lejos habia una hermita, al lado el camposanto, me cruzaba con extranhos pesonajes hablando una lengua irreconocible. El sol picaba de manera insana, sudaba, daba la sensacion de que la calma chicha que alli habia precederia a la batalla. Olia a polvora, de repente salto una trucha, es la hora de comer. Nos dieron lentejas y caldereta de cordero. Hay en Hecho un extranho humo que lo envuelve todo. La gente mira raro, esta noche parece que habra luna llena. Cerrare bien la ventana, echare el cerrojo. Estamos demasiado cerca de Francia.
martes, 5 de octubre de 2010
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