martes, 16 de julio de 2013

ALGUNAS TIERRAS RARAS: lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio

Elementos difíciles de extraer y a la vez esenciales en la economía digital.

Son diecisiete elementos que hacen funcionar los nuevos dispositivos digitales, los coches híbridos, las pantallas de rayos X, los imanes más potentes. Sus nombres quizá le suenen a chino, nunca mejor dicho. Son escandio, itrio y el grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio), y se esconden en piedras de bastnasita, didimio, monacita y loparita.

Estados Unidos mandó desde los años 60 hasta los 90 en el entonces minúsculo mercado de las tierras raras. De una mina en Mountain Pass (California) se extraían unas pocas toneladas. Al final de los años 80 entró en juego China, que pronto empezó a vender estos minerales a un precio más reducido de lo que costaba su extracción en Occidente. El Gobierno de Pekín puso tecnología y precios moderados. Se adueñó del mercado.

En los últimos años, el problema se ha complicado y enrarecido, según explican políticos y expertos, que mencionan dos argumentos: por un lado, China ha reducido a la mitad sus exportaciones; por otro, las tierras raras han cobrado cada vez más importancia en la industria de la tecnología de vanguardia. El martes, Estados Unidos, la Unión Europea y Japón demandaron al gobierno de Pekín ante la Organización Mundial de Comercio por restringir las exportaciones. «Las tierras raras son demasiado importantes para nosotros como para mantenernos al margen», dijo Barack Obama solemnemente.

Obama recordó que esos minerales raros son esenciales para la fabricación de baterías de coches híbridos y tecnología avanzada, e imprescindibles para «tomar el control de nuestro futuro energético. Queremos que nuestras compañías construyan esos productos aquí, en Estados Unidos, pero necesitamos acceso a los minerales raros que China provee», añadió.

La operación comercial china tiene una enorme trascendencia, al poner muy difícil la fabricación en Occidente de un amplísimo catálogo de productos de la economía digital. De ahí la preocupación expresada por Barack Obama.

Indicios en España
«Estados Unidos ha descuidado el acceso a estos recursos —asegura Manuel Regueiro, jefe de relaciones externas del Instituto Geológico y Minero—. En la guerra fría acumularon un gran stock de minerales críticos. Eran más prudentes. Luego los vendieron, y cerraron la mina de California, que estuvo una década parada». Hace dos años, Mountain Pass volvió abrir, con capital japonés, pero su producción todavía no es relevante.
Regueiro explica que puede haber tierras raras en otras zonas del mundo, pero, como en el caso del petróleo, hace falta dinero y tiempo para invertir en prospecciones y en valorar su rentabilidad. En España también hay indicios de zonas donde pudiera haber tierras raras, en Galicia, Extremadura y Castilla y León, donde se cree que hay lantano y cerio. «Hace falta una política minera que no existe», añade, y pone como ejemplo que son compañías canadienses las que buscan en nuestro país uranio, cobre y oro.


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