miércoles, 29 de octubre de 2014

Volver al futuro


Como sudaca que soy, una de las cosas que me apesta de Latinoamérica es la cotidianización de la corrupción y sus extensiones lógicas: el terrorismo de Estado y todo lo que rime (de izquierda a derechas, y viceversa) con paramilitar. Cuando estas aberraciones gobiernan en la más absoluta impunidad, no hay lugar para el arte ni para el humor crítico. Ahora, si matizo lo redactado haciendo alcances desde el lugar donde posteo, las reformas estructurales neoliberales con las privatizaciones de las empresas estatales (vendidas a precios irrisorios), la enajenación de la seguridad social, la salud y la educación y un sinúmero de manejos cosméticos "legales" -pero no legítimos- para regalar activos a los amigos y recibir favores a cambio, lo mínimo es que la impotencia te invada. La imaginación en estas circunstancias es desbordada y la creatividad se aterra al ver cómo la ciudadanía ha sido reducida a mano-de-obra-especializada-barata para un país esclavo. Con "Doble Standup Comedy" reflejo lo difícil de ironizar al respecto y la profunda vergüenza, por lo mismo, de ser un artista que viene de ese futuro.

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