lunes, 15 de abril de 2013

un aroma nuevo concentrado en el pico, evita el olor putrefacto, al choque de un mundo nuevo

“Cada ciudadano evitaba al otro, ningún vecino se preocupaba por los demás y los familiares dejaron de visitarse. El corazón de hombres y mujeres fue tan golpeado por el terror, que hermanos abandonaron a hermanos, al igual que los cónyuges entre sí. Lo que es aún peor y casi increíble, es que padres y madres se negaron a ver y atender a sus hijos, como si no hubieran sido de ellos.
Por lo tanto, una multitud de hombres y mujeres enfermos se quedaron sin ningún cuidado, excepto de la caridad de los amigos (pero fueron pocos) […] Dado que los enfermos fueron abandonados por todos sus parientes y amigos, surgió una costumbre de la que nunca se había oído hablar antes. Mujeres hermosas y nobles, cuando cayeron enfermas, no tuvieron escrúpulos en tomar criados jóvenes o viejos, y sin ningún tipo de vergüenza, les exponían su cuerpo desnudo porque la enfermedad las obligaba a hacerlo. Quizás por esto, las mujeres con moral más relajada fueron las que sobrevivieron.”

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