miércoles, 3 de abril de 2013

SPIRITUAL JAZZ CON VOLUMEN y TONO CALIDO: BENDITOS LINA Y JESS

Clifford Brown fue uno de los apodos del gran Jess Franco homenaje al gran músico de jazz(Wilmington, 30 de octubre de 1930 - Pennsylvania, 26 de junio de 1956), trompetista estadounidense de jazz.

Fallecido en accidente de tráfico a los 25 años, Brown, no obstante, es una de la figuras más destacables del bebop y del hardbop, a la altura de otros trompetistas como Miles Davis y Dizzy Gillespie. La trompeta de Clifford Brown tiene un fuerte tono cálido, con perceptibles reminiscencias del bop de Fats Navarro, y un maduro sentido de la improvisación: Brown es inventivo tanto en las baladas melódicas como en las más exigentes jam sessions.


"El hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los demás animales le diferencia sea más el sentimiento que no la razón. Más veces he visto razonar a un gato que no reír o llorar. Acaso llore o ría por dentro, pero por dentro acaso también el cangrejo resuelva ecuaciones de segundo grado." Unamuno
"Gala se fue. Yo recibí entonces la visita del mozo de aquella planta, quien, con aspecto transtornado, me dijo que barriendo el salón del hotel había hecho caer accidentalmente un cuadro y que éste se había empalado en el mango de su escoba. Seguro que iba a ser despedido si yo, el artista, no encontraba el medio de reparar el desaguisado. Me encontraba todavía transido de amor e inclinado a la piedad. Acepté, y con todo cuidado borré las señales de la perforación. Creía haber acabado con esta buena acción, pero para agradecérmelo apareció, a la hora de la comida, con tres docenas de ostras que me suplicó aceptara. Acababa de enterarme de que una epidemia devastaba los viveros y la sola idea de tragar uno de aquellos mariscos me encogía el corazón y me revulsionaba de terror. Miraba ya la forma de desembarazarme de la bandeja, pero el hombre, desbordando agradecimiento, quiso asistir a mi cena y me fue presentando una a una las ostras, que abría para mí. Creí morir y permanecí dos días sudando de angustia y esperando la muerte. Aquella noche decidí no volver a ser bueno jamás y he mantenido mi palabra. Mi generosidad y las atenciones de mi corazón las reservo exclusivamente para Gala" S.D.

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