ayer, almorzaba con seba domingual y karen bórquez y hablábamos de la acción de domingo en gijón. hielo, piscina, snorkel, reloj con medias lunas, oro. el calor abrazaba, al igual que hoy. no recuerdo cómo pero dijimos -a propósito de la apnea- por qué no hacer una partida de water polo para resolver nuestras inquietudes alimentadas por los buceos reales y poéticos de mi amigo salmantino. partimos, sin pensarlo dos veces. pasamos a comprar un balón ad hoc matuteando con la vendedora y nos lanzamos a la piscina. todo bien, íbamos en el climax del partido, hasta cuando el esférico salió disparado desde el vigésimo primer piso hasta el techo de una casa aledaña. hasta ahí llegó el partido. no podía ser de otra forma. es importante consignar, el arduo debate sobre la pertiencia de jugar con un libro en lugar de una pelota. probamos distintos medios para dejar al vacío a kant, nietzche y adorno y protegerlos de las zambullidas. sin resultado. ahora, en mi bibloteca dispongo de tres ejemplares no sólo muy hojeados, también pertinentemente mojados. al respecto, por favor, saquen sus conclusiones.
martes, 6 de diciembre de 2011
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