el año se cierra sin cerrar, por lo menos en lo académico. mientras los grados celsius están cada vez más altos bajo un inclemente hoyo de ozono. entre ajuste y ajuste, los descuentos para el lanzamiento del sitio electrónico del museo mausoleo de morille y, en lo que estoy abocado desde antes de cuenca: el libro de la cátedra domingo sánchez blanco. ayer, mientras estaba en plena faena de diagramación de la publicación me preguntaban sobre cuáles eran las promesas del arte joven. se desconciertan cuando les respondo lo mismo de siempre: "no tengo idea". a diferencia de otros académicos y artistas dados a la gestión, soy escéptico en eso de andar especulando sobre quien es la estrella emergente del momento. sobre todo después de tantos años de ver a cientos de aspirantes a artistas elevados por los notables para luego ser testigo de cómo son devorados por la realidad. siempre he tenido la sensación que nunca se han tomado en serio a oswald de andrade por acá.
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