No hay vuelta. La pantalla del blog coexiste con Supersalidos. No la veía hace tiempo.
La ultraderechización del planeta ya era advertida en esta peli de amor de púberes tarados.
No sé que es lo que me lleva a verla simultáneamente con mi lectura de Francastel.
Es una mañana vintage, por donde se mire. Cosas de la fiebre.
El telefóno suena, el cuerpo me duele, me llaman de los tipicos números desconocidos donde me dicen again que han secuestrado a mi tío muerto hace décadas. Malditos.
Por suerte la cama es cómoda, está comodísima. El dolor muscular adquiere dimensiones otras.
Me está dando sueño. Buscaré otra cosa en el playlist. Me siento como en un agujero estelar. Bueno, también en un hoyo negro. Es hora de chequear las aventuras de Hal 9000. Menudo giro.
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