viernes, 13 de febrero de 2015

como ordeñar una ubre

XLIX Ya noto, al paso que me torno viejo, que en el inmenso espejo donde orgulloso me miraba un día, era el azogue lo que yo ponía. Al espejo del fondo de mi casa una mano fatal va rayando el azogue, y todo pasa por él como la luz por el cristal.

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