jueves, 3 de septiembre de 2015

holes fantastic

he vuelto a pintar en cuadros empezados hace ya una decada, conservan las veladuras que deje como un rastro en el monte, monticulos de piedras con chorreteras. lo he cogido con pasión, desmedida. me da enorme gusto recuperar el olor a los barnices y el tacto viscoso de los colores en un vaso de plastico, no me gusta desaprovechar ni una gota de nada, lo mas placentero es saber que, ocupan un sitio, cada resto de color, barniz o cola; como lenceria con puntillas para momias. el fondo del cuadro resiste mil garabatos y susurros mientras que agachado sudo y me pongo la prisa como meta, lo veo todo tan claro que no me apetece ser un artesano de los colores, quiero pintar los estomagos ardiendo, apasionados con mis verdaderos subterraneos donde repto en la espuma de mis dolores. estamos a dos dias de salir al encuetro magistral de una obra coral como ha sido siempre, family troup, en su telaraña de identidades, intensidades, que al final es como el caracter de un grupo de musicos en los pantanos que cantan juntos sus canciones religiosas, que se ven con la fe de cantar a coro los sonidos que solo nosotros conocemos, tribu de cuatro en la caza, en la venta y en los disparates. mis padres no entenderian por que nosotros nos hemos preocupado por tener los coches que hemos tenido y a todos les hemos sacado su jugo como parte de los instrumentos que nos acompañan. veo como se rompen partes de mi obra y sufren, como yo, estan hechas para morir, pero la intensidad de nuestras huidas engrandeceran a los que nos precedan y contaran con la fuerza de los pantanos y el olor a las llantas que hemos gastado. alguien acaba de irse dejando la adrenalina en un frasco. ahora toca pintar con los pulmones, sacando todo el aire que tienes dentro, apartando el barniz que sobra.

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