domingo, 2 de agosto de 2015

no creas todo lo que leas y veas en la television

[1] Oye a la palabra ejecutar lo que dice/ siente a la palabra convirtiéndose a su vez en lo que tú eres./ Y su existencia deviene doblemente la tuya [2] El falo, el significante trascendental, como lo llama Lacan, no debe concebirse como un objeto real, como el órgano masculino sexual, sino como un vacío marcador de diferencias, un signo de lo que nos separa de lo imaginario y nos coloca en el lugar que nos está predestinado dentro del orden simbólico.

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